TE ENTREGO MIS ALAS
- Cris Mv
- 17 mar 2015
- 2 Min. de lectura
Dormir no va a cambiar nada, le repetí durante cien horas, abre los ojos y come… ¿comer? pensaba yo, ¿quién quiere comer, cuando ni el manjar mas caro del mundo, te va a saciar tu desgana?…pensé en la estupidez que había salido por mi boca en un intento de rescatarla… ¿comer, estás tonta?, si lo que necesitaba era engullír una pastilla que, momentáneamente, la aliviara, que la empapara por dentro de una densa anestesia, para calmar sus tendones y huesos condolidos por la violencia impuesta en mantener una postura fetal inalterada, un analgésico que, como un compresor eléctrico, rellenara de aire sus pulmones apelmazados y le descargara voltios suficientes para reanimar su piel descamada, un tranquilizante que le recosiera un ventrílocuo izquierdo nuevo a ese medio corazón desollado, en carne viva, por el que empezar a bombear sangre a su cuerpo abandonado… necesitaba una buena dosis de confianza encubierta en acciones, caricias , gestos, palabras… y yo… yo la miraba, como cuando se mira a un enfermo, con ternura, con impaciencia, con brillantez en la mirada... y es que ella lo estaba, dolorida a consecuencia de un amor insensato que la había dejado oxidada, al mezclar sus aguas cristalinas con el hierro mas frío desprendido de un glacial gigantesco…
Y yo… ¿qué hacer, por dónde empezar para aliviar su intranquilidad?… decir que habían millones de personas en el mundo, era como decir que no existía ni una que la confortara, convencerla de que ella era lo mas importante era innecesario, porque para ella, lo mas importante ya no estaba… y yo ¿cómo hacer para consolarla?, ¿qué formular, qué sostener, qué inventar cuando un amigo sufre de pena, de pesar, de amor desgastado en una esquina, una noche cerrada, sin luna ni estrellas, ni mares ni sendas, plagado de desamor, de vacío y de rabia?… solo se me ocurrió acercarme despacio, tumbarme a su espalda, rodearla con mis brazos, apretarla y dejarle que notara, por un instante, mis latidos…¿los escuchas? le dije… asintió sin girarse…pues aquí me tienes, te entrego mis alas, volaremos con éstas hasta que las tuyas estén reparadas… por un momento sonrió, de una manera leve , fugaz…sonrió, ¡lo prometo! yo la vi…y para mi, ese gesto, me devolvió la esperanza.

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