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ÉL...

  • Cris Mv
  • 21 jun 2015
  • 2 Min. de lectura

Con los ojos cerrados aprieto, intermitentemente, los labios, me inundo de voces lejanas que susurran, por todos lados, historias cotidianas de atardeceres, de anocheceres inquietos, de amaneceres repentinos, que si se guardaran en una botella, podrían lanzarse dejando estelas de biografía tremendas… una gota de sudor recorre mi frente, va deslizándose por mi pómulo derecho hasta cambiar la dirección en un quiebro, se acerca de puntillas al lugar exacto, a ese punto concreto en la hendidura de mi labio superior, asomándose con respeto, como si un trampolín le esperara, saltando a un pequeño vacío, que con suerte, le hará aterrizar en el inferior, para que mi lengua, entonces, recoja el testigo y la engulla de nuevo… y mientras, el calor azota mi cuerpo, mis manos deciden, en un acto irracional, apretar mis sienes para enfriar la espera… y entonces ocurre… me dices ven… y desplegando los párpados que cubren pupilas cegadas… lo dejo todo, que ahora es prácticamente nada... para darme un bautizo entre tus extremos... introduzco suavemente mi cuerpo, con una mezcla de recelo y timidez, por sentirme desnuda de nuevo… y sí… me alivias, pero no me calmas… no te molestes, por favor… es que sabes diferente… eres igual de grande, de temeroso a veces… casa, hueco, incluso amarre, gratitud, belleza, abismo…eres grandeza, pero no eres como él… él me susurraba de noche y a mí su murmullo me parecían canciones, que como cunas me hacían soñar…él hacia guiños salpicando de espuma mis ojos, para que al entremezclar su salazón con el mío, las lagrimas desprendidas supieran mas dulces y se transformaran en muecas de improvisadas sonrisas…él me arropaba, incluso en invierno, aproximándose lentamente a mi, como un juego, en el que el perdedor, era el primero que se echaba hacia atrás… él presidió mis historias y protagonizó, invisiblemente, mis letras…él sanó las heridas y acariciaba mi pelo, casi a diario, coqueteando conmigo, para que yo no dejara de percibir un gesto de cariño en aquellos días de intensa soledad…él dio luz a mis oscuridades, reflejando súper lunas ,como un espejo, para que ráfagas, como linternas, entraran por mi ventana apaciguando mis penumbras,… él siempre será mi pequeño trozo de mar… echo de menos abrir mi ventana y ver que no está…perdóname, tú también eres mágico…pero él era la chistera, el conejo, la carta, la capa, la varita, el pañuelo… mi pequeño trozo de mar, era mas que un trocito… era y siempre será un fragmento en mi vida y un pedazo en mi cielo…

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