QUINIENTOS CINCUENTA Y SEIS JADEOS
- Cris Mv
- 14 feb 2016
- 2 Min. de lectura
Sonríes despacio, mirando fijamente mi boca, como si un sólo segundo separara la distancia que dista entre ellas... cierras los ojos y te aproximas, con la intención de entremezclar tu quemazón inerte con el frío, que de golpe, me ha sacudido por dentro… siento cómo rocías mis labios al deslizar tu lengua sobre ellos para entrar, atravesando suavemente cada uno de mis espacios internos... un increíble cosquilleo callejea mi espalda al mismo ritmo que tus besos… hago un quiebro y cambio mi posición, con la intención de transitar tus entrañas… me hago hueco entre tus piernas, encajándome de tal manera en ti, que no hay espacio suficiente para un solo centímetro de piel… deslizo las yemas de mis dedos dibujando con ellas en tu silueta, de abajo hacia arriba, al compás de tu respiración, que provoca un contorneo extremo, digno del más espectacular número circense… dejas que mi lengua se despegue de tu boca y al salir mordisqueo, ligeramente, la parte inferior de ella, respondes clavando tus manos en mis antebrazos, para no dejar de desencolarnos y es entonces cuando mis labios comienzan por recorrer tu barbilla, después el cuello, saboreando tus hombros y aterrizando en el centro de tu pecho, donde me detengo, para lamer el calor que desprende cada una de las dos pistas que me harán despegar, levantando el vuelo, mientras, te agarro suavemente de la cintura, apretándome a ti y escuchando cómo me susurras al oído “ no dejes de hacerlo” … y no lo hago, porque hacerlo sería como quedarme a oscuras en este anochecer de lunas y yo quiero estar en ti y percibir que palpitas en estéreo, cuando me introduzco por sorpresa, lentamente y en silencio… una ligera embestida hace romperte de placer, porque siento cómo te rompes para relajarte entera… te rompes en mí y yo intento unirte, sin dejar de acariciarte, de la manera más dulce que soy capaz de soportar… mis manos adquieren vida propia, fundiéndose con tu humedad…una mezcla de agua y sal que me incita a empaparme de ella, estremeciendo mis ansias y advirtiendo cómo se eriza la totalidad de tu cuerpo…y así planeamos, surcando cielos, despedazando la barrera del sonido, esta noche inquieta de estrellas artificiales, fuegos fugaces, sábanas mojadas y quinientos cincuenta y seis jadeos.

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